Hugo Nantes es un pintor, escultor, ceramista y grabador que nació en San José de Mayo (Uruguay), el 24 de enero de 1933.
Desde su niñez en su lugar natal, donde permaneció prácticamente toda su vida, este maragato se destacó por su inclinación al dibujo y la escultura.
Estudió en el Museo Departamental de su ciudad con los maestros Dumas Oroño y Edgardo Ribeiro.
Luego hizo un curso de grabado en la Escuela Nacional de Bellas Artes con Adolfo Pastor.
Dentro de sus múltiples trabajos en el arte desarrolló en muchos años la enseñanza en Expresión Plástica en el ya citado Museo Departamental y en lo que entonces se llamaba Instituto Normal (hoy Instituto de Formación Docente) y en Secundaria. Fue jurado en muchas oportunidades en el Salón de Otoño de San José.
INICIOS
Como persona de lo que mal llamamos Interior en este país, vivió y creó desde la sencillez, pero siempre demostrando la sensibilidad plástica de los grandes artistas. Entre sus dedos, los materiales de desecho
se trasformaron en individuos inquietantes, provocadores, que lograron y aún lo hacen, darnos integralmente su interioridad, para goce de todos y todas.
Ha dicho: » La actividad creativa no puede estar jamás separada del entorno, del
mundo en que vive. El artista se nutre de su medio y de su época. Y cuando dicen que mi mundo es triste, melancólico, en realidad no faltan a la verdad. Veo unas viviendas derruidas de algunos paisanos nuestros, mujeres trabajadoras incansables, que son seres ignorados o lejanos con sueños que no llegamos a entender».
Obtuvo Becas que lo llevaron a Italia, España, Francia, Bélgica, Holanda y Portugal. Recorrió con su arte Bolivia, Perú, Chile, Argentina y Brasil.
En 1983 fue a Egipto y Grecia y regresó nuevamente a Europa.
PROYECCIÓN
El artista pone ante nosotros su sentido de lo dramático. lo ritual. lo cotidiano. lo ridículo. Por tanto nos muestra que lo bello es admirado pero lo feo fascina ya que es la representación de lo poco conocido o lo que se desea ignorar.
Penetra así, en la condición humana, pone el arte al servicio de sus ideas. La obra de Nantes se aleja de la dialéctica estética «belleza-fealdad». Exploró los lugares de su alma y los traspasó a un expresionismo pictórico y escultórico al compás de su pincel o de sus objetos con disonancias que aparentan desorden y desproporciones, con las que expresa la búsqueda de la belleza en la realidad contundente y desgarrada. Sus personajes desequilibrados están cargados de emoción y tensión. Sus creaciones fueron hechas a partir de fibra de vidrio, herraduras, alambres, clavos, maderas, plásticos, telas desmerecidas, objetos rotos, huesos de animales, resina, papel, cuero, y eso, es decir, materiales de desecho y en desuso pero llenos de historia.
Participó en varios Salones Nacionales, realizó más de doscientas exposiciones individuales en nuestro país, en Buenos Aires, Córdoba (Argentina), Washington (Estados Unidos de Norte América) y República Dominicana. Nos representó en la Bienal de Brasil (varias veces) y en Ferias de Arte de San Pablo y Paris (Francia).
TRASCENDENCIA
Una de sus series «Esperpentos» que realizó durante la dictadura cívico militar de nuestro país, eran personajes casi reconocibles de la sociedad uruguaya. Pintadas en negro esas esculturas eran brutalistas. Estuvieron en el Museo de Arte de Jorge Páez, entre muchos lugares. Fueron años de conmoción, de soledad, de enajenación y aislamiento. Nantes logra en sus obras expresar la denuncia de esos sentimientos. Como dice María Luisa Torrens: «Sus personajes encarnan espantosos desechos de una humanidad estrujada, semejantes a conmovedoras y marchitas crisálidas, muertas en el instante de nacer.
Su pintura en base a laca y esmaltes, tuvo series estéticamente deslumbrantes: ranchos, paisajes campesinos, playas o cualquier motivo social, como el «Jugadores de truco’ (actualmente en el Edificio Libertad) es un objeto entre la escultura y la instalación, la cual contiene una silla vacía que invita a participar de la obra.
El asombro es otra forma de belleza, y en este maragato encontramos esas maravillas de color y en negro que nos transportan a circunstancias que cuentan de manera especial la historia no sólo de su vida si no, la de todos nosotros. Ya que considero que es el encuentro con el ser humano lo que transmiten y detienen frente a la observación de su creatividad.
Otra de sus obras: «Vedette de Carnaval» refleja lo esencial de estas fechas para los uruguayos, y es un homenaje a las recordadas Rosa Luna y Marta Gularte. En «Madre con niño» resalta el amor maternal, así como en otras figuras femeninas se trasluce la provocación de sus posturas.
Sus esculturas están en la Plaza Armenia, donde un águila identifica la lucha de un
pueblo.
«Artigas en la ancianidad» y decenas de esculturas por todo el país más las cedidas al gobierno departamental de San José para disfrute de todo el que desee verlas en el Museo.
Le fue entregado el Premio Figari(1998). Está representado en el Museo Nacional de Artes Visuales, obtuvo el Gran Premio de oro en el Salón Nacional (1963). Integra colecciones privadas de Europa y América.
Hugo Nantes falleció en marzo de 2009.
Un hombre auténtico, un artista plástico que será siempre reconocido, que nos hace ver dentro de nuestro interior en sus obras y recordar lo que Uruguay tiene como riqueza intransferible en nuestros creadores.