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Adriana Szolno

· septiembre 28, 2016 · Alfarería , Arte ·

[blockquote]El camino del barro hacia la luz[/blockquote]

La alfarería es un hermoso oficio que requiere de mucha práctica y paciencia. Para llegar a lo maravilloso es necesario lograr una íntima relación entre la arcilla, el artista y a veces el torno.

[blockquote]Lo maravilloso, única fuente de comunicación entre los hombres.[/blockquote]

André Breton.

Por eso, entrevistar a Adriana Szolno es un placer, porque su persona y su arte están tan relacionados como sus manos y el barro del que arranca piezas únicas.

La encontramos en el Camino Eguzquiza (Ruta a San Carlos desde La Barra) y en la puerta de una cabaña de verdes y azules dice “LA ALFARERA”.

¿Cómo no pensar de inmediato en el alfarero, Cipriano Algor, de Saramago, y todas sus experiencias de vida.? Las de Adriana no son nada menores por cierto.

“Alfarera, mano trabajadora que, de los hondos limos iniciales, convocas a los pájaros a la primera aurora…”

Conocí a Adriana un día, cuando apareció en “Galería Sur” con una canasta llena, ¿de panes? Parecían. Pero cuando les saca el paño que les cubría, emergen piezas multicolores, con tanto atractivo que provocan admiración; es la maravilla del barro hecho arte.

“De mañana te busco, hecha de luz concreta, de espacio puro y tierra amanecida, en los sonoros ríos de la vida.”

Adriana Szolno nació en Montevideo. Allí desde los 9 años concurrió a un colegio religioso donde empezó los primeros pasos en cuestiones de manipular barro y gres. “Un invierno se inundó, perdimos el horno y todo lo que teníamos. Luego vino la dictadura y se cerró. […] Szolno es un apellido polaco y Cabrera, español.” Me explica.

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TRAYECTORIA

“El agua toma melodía, tus manos son recientes en la rosa; se espesa la abundancia del mundo a mediodía, y estás de corazón en cada cosa.”

De su Colón natal, se fue a Japón. Allí vivió ocho años. Pudo retornar a su placer: aprender y trabajar con sus manos. A la semana de estar en Japón comenzó a estudiar. Pasó por varios talleres hasta que llegó al maestro Shiro Otani, una excelencia en su país. “Con él aprendí lo que era la cocción en hornos de leña. Las quemas de gres, en esos hornos, se hace en siete cámaras, siete días de vigilia, cargando el horno para mantener la temperatura. Se cuece sin esmaltes y se forman con la propia ceniza y el fuego, esmaltes naturales.”

Estos hornos se prenden dos veces al año, son muy grandes y cabe toda la producción de un taller.

TRASCENDENCIA

“No hay brisa, si no alientas el arte…”

Fue directamente a La Barra de Maldonado. Instaló su propio taller. Hizo mucha vajilla para particulares. “Es un oficio muy antiguo que me conecta con la materia (casi sin esmaltes) para mostrar la plasticidad del material. La alfarería es para fabricar utensilios que nos acompañan en las cosas pequeñas de la vida: una tacita, una tetera, un plato, un florero […] Trabajo con gres, barro que se prepara para cocerse a más alta temperatura.”

Es la metamorfosis del barro, que Adriana logra casi sin proponérselo, en obras casi etéreas y sin embargo tan prácticas. Con los óxidos logra colores variados que hacen de su trabajo algo único. “Oxidos de hierro, de cobalto, que los agrego a la pasta del gres. […] Uso esmaltes para las altas temperaturas, sobre todo en la vajilla para que no sean tóxicos, sean duraderos, no porosos, etc. etc. […] Junto vidrios antiguos y los pongo en los fondos de centros de mesa o bols grandes.

A las teteras les hago asas de bambú o madera. Si le quiero dar textura al trabajo que estoy realizando le pongo chamote (barro cocido y picado que lo amaso junto a la pasta) y que abre la textura. La ansiedad me llena cuando es el momento de sacar las piezas del horno, ¿con qué me encontraré? La sorpresa final es como la primera vez que abres el horno, aunque lo hayas hecho cien veces. Cuando comienzo una obra me dejo llevar, dejo fluir, ya que es algo muy plástico, cálido y noble…”

COMO SE LLEGA A LA MARAVILLA

“Todo es presencia y gracia. […] La técnica que uso es mixta, voy adicionando materia, hasta levantar. Puedo llevar al torno o no, y en ese caso apenas unos segundos. Los platos los hago a mano enteramente.”

En el salón donde expuso en La Barra, toda su obra fue una delicia para los turistas y los que desde nuestro lugar admiramos lo que hace. Recibió halagos. Y las grandes piezas se fueron con los europeos. Ingleses y franceses se llevaron las más llenas de color; un arquitecto italiano le encargó una gran cantidad. Ha expuesto sus obras en: Bienal del objeto artesanal, patrocinada por UNESCO. Galería Sur. Punta del Este. Galería MVD. En Montevideo. AFE (Montevideo), donde estuvo tres meses trabajando y exponiendo. La Barra. Departamento de Maldonado.

Dejamos a Adriana haciendo proyectos para instalarse en su nueva casa a unas cuadras de donde ahora vive, cerca del Arroyo Maldonado, en un lugar lleno de encanto al que enjoyarán sus obras.

En 2011 gana un concurso y da clases en la Escuela de Artes Plásticas y Visuales de la Casa de la Cultura. También los sábados regala su docencia en Pocositio, en El Tesoro.