Carmelo De Arzadun es uno de los pintores uruguayos perteneciente al grupo de planistas, como sus amigos: José Cuneo, Petrona Viera, Humberto Causa y otros.
Nació en Salto, en Mataojo Grande. El mismo lugar que naciera la gran artista Lacy Duarte.
Su padre, español de Bilbao, se casó con una uruguaya.
Pintó paisajes, retratos y niños jugando, en tonos pastel y con mucha virtuosidad.
INICIOS
La familia se traslada a la ciudad de Salto y comienza a pintar dirigido u observado por el profesor Manuel Estévez dos Santos.
Al poco tiempo se radican en España, en Bilbao, donde estudia dibujo y pintura en la Escuela de Artes y Oficios con la dirección de Antonino Aramburu.
Regresa a Uruguay y obtiene una Beca del Estado para Paris. Acá asiste a las Academias de Dibujo Grande Chaumiere y Collarossi. Luego fue a la Academia Vitti donde enseñaban Van Dongen y Anglada Camarasa.
Cuando regresa a nuestro país, concurrió a clases de Torres García y allí realizó sus primeras pinturas abstractas.
Torres García influyó mucho en sus obras. Cambia tonalidades de su paleta sobre todo.
Sus obras demuestran un manejo muy moderado, sobrio si se puede llamar así, de los colores. Su experiencia en Paris, le dieron una grandeza en su producción que es uno de los artistas plásticos, como tantos otros, que su obra está presente en el mundo entero.
Ganó nuevamente Becas del Ministerio de Instrucción Pública que lo llevan a viajar por América y Europa.
PROYECCION
Los temas en los que se pueden definir sus trabajos son: las playas del Balneario Las Flores, en nuestro departamento, (donde tenía su casa de veraneo), las obras de estructura constructivista, los paisajes urbanos, los retratos familiares y autorretratos.
Pasar las vacaciones en Las Flores no significó un aislamiento. Sino todo lo contrario, ya que allí veranearon también: los intelectuales montevideanos y los políticos. Los Petit Muñoz, los Espínola, los Cáceres y otros.
Arzadun descansa en su licencia de su tarea como profesor de Dibujo y Director del Museo Municipal de Bellas Artes Juan Manuel Blanes.
Aprovechó para pintar las playas del balneario. Algunas realizadas sobre lienzo y otras sobre madera, o cartón. Sus títulos son “Paisaje”, “Arbol y Arena”, “Niña frente al mar”, entre muchos.
Allí estuvo frente al cielo, la tierra y el mar. Son obras marcan un dominio que da paz. Refleja el paisaje que ve, no el imaginario. Es pintor de la realidad visual de sutil poesía que llama al observador a penetrar en el paisaje expuesto y maravillarse la naturaleza.
Los cerros costeros del este, son manchas lejanas, al otro lado de los médanos de arena. Usó tonalidades que muestran calma y sencillez tomando lo que realmente veía. Los cielos sí tuvieron un brillo especial.
Viviendo en la ciudad sus temas fueron las calles, la ciudad, el barrio, no solo en Montevideo sino en Paris, Bilbao, Sevilla, Salto, Las Flores, Punta del Este, Buenos Aires, Río de Janeiro, Santiago de Chile, Quito, Nueva York… y en países como Bélgica e Italia.
TRASCENDENCIA
En Punta del Este en el momento de la realización del Consejo Interamericano Económico y Social, participa de la Muestra “De Blanes a nuestros días.”En la misma expusieron ochenta y cinco pintores, diecinueve escultores, diecinueve dibujantes y grabadores uruguayos donde estaban no solo Arzadun, sino Barradas, Blanes, Blanes Viale, Cuneo, Figari, Torres García, José Luis Zorrila de San Martín y José Belloni.
Representó, además al país en muchísimas muestras en el exterior, Exposición iberoamericana en Sevilla (Medalla de Oro), Salones de Otoño en Paris, en Ecuador, Panamá, San Juan de Puerto Rico, en California (EEUU; Medalla de plata).
Una de sus obras: “Cristo crucificado” fue donada por la Presidencia de la República al Papa Juan Pablo II.
Como se puede apreciar sus obras se encuentran en Museos y en colecciones particulares de diverso países del mundo.
Nosotros podemos apreciar su obra en el Museo de Artes Visuales, en Montevideo.