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Enrique Castells Capurro

· septiembre 26, 2016 · Arte , Pintura ·

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[blockquote]Pintor del pasado de nuestra tierra.[/blockquote]

Cada vez que paso por frente a la Intendencia Departamental de Maldonado, no puedo dejar de admirar la obra mural que allí se expone. Convergen en ese sitio un artista plástico excepcional y la historia de un pasado no tan lejano. El mural es de Enrique Castells Capurro y la obra es la diligencia “La comercial del Este”, último vehículo de este tipo que llegó a Maldonado.

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Mural frente a la Intendencia Municipal de Maldonado

Enrique Castells Capurro nació en Montevideo en 1913. Los Castells son una familia de alcurnia catalana, pintores y amantes del arte en todas sus manifestaciones. Enrique empieza a pintar a los cuatro años de edad. Su primera gran obra fue el retrato de la bailarina Ana Pavlova, cuando esta visita a Uruguay.

Es autodidacta, aunque en su familia tenía quien lo guiara ya que su tío era un acuarelista muy importante. Comenzó desde los diez años a pintar temas del fútbol, ballet, pero pronto se dará cuenta que su pasión son los caballos.

Este artista vivió con su familia cuarenta y cinco años en Punta del Este, en su casa “Ormonde” (nombre de un célebre caballo de carrera).

PROYECCION

Trabaja para diarios y revistas con temas siempre relativos al gaucho y a las tareas o paisajes campesinos. Encontramos murales de grandes dimensiones en muchas dependencias públicas y privadas del Uruguay y del mundo: en la Biblioteca Nacional, en el Fuerte de San Miguel, en Maldonado y Punta del Este, donde yo los he visto. En todos se aprecia la frescura del dibujo y esas líneas discontinuas que dan un movimiento especial en sus acuarelas u óleos, la intensa vida que les imprime, la movilidad extraordinaria que ni las cámaras más sofisticadas de hoy podrían atrapar. Ilustró libros como “Tacuruses” de Serafín J. García, como “La tierra purpúrea” de Hudson. En 1955 publicó: “Gaucho, prendas y costumbres”. No existe lugar en el Uruguay en donde no haya una pintura, un mural o un bronce suyo. Tienen mucha fama los murales de la Estación Central de AFE, los de muchas estancias, los de numerosos bancos. También pintó en la Universidad de Austin (Texas) y en el edificio de las Naciones Unidas en Nueva York, entre muchos.

TRASCENDENCIA

A medida que pasa el tiempo su pintura va tomando un valor patrimonial único, ya que muestra para rescatar del olvido la característica de una época y de una forma de vida que ayudará a generaciones a entender lo que lean sobre nuestro campo, el gaucho y sus costumbres.

Coleccionistas privados del mundo han llevado sus obras El cineasta norteamericano Harry Foster hizo una película donde los gauchos de Castells Capurro cobran vida en forma de dibujos animados.(1954). Encontramos dibujos de este artista en porcelanas francesas como Limoges. Realizó trabajos para la Reina Isabel de Inglaterra.

Serafín J. García expresaba: “Enrique Castells Capurro es un artista genuino, que ha consagrado por entero su viva inspiración y sus aptitudes de creador fecundo y cálido a expresar el campo nuestro, captando con fidelidad, belleza y gracia, todas aquellas escenas típicas que mejor lo representan.”

El nombre de este artista, como el de Blanes, Figari, como el de otros pintores nuestros que, con lenguaje plástico distinto, supieron interpretar y expresar nuestro hombre, nuestro paisaje y nuestras tradiciones es un símbolo de nuestra orientalidad. Obras como: “La doma”, “Boleando ñandúes”, “El padrillo”, “El arreo”, “De tiro”, “La tropilla a la carrera”, “Troperos”, “La pulpería” y así podría seguir nombrando sus pinturas, nos hablan de un Uruguay con pasado, con historia fecunda.

Quisiera detenerme, al finalizar este pantallazo sobre tan gran artista, en el mural de la Intendencia, para que se conozca la historia allí pintada: “La Comercial del Este”, que fuera la última diligencia que llegó a Maldonado, ya que luego vino el ferrocarril. Durante años fue el único medio de transporte entre Maldonado y Montevideo. Sirvió para desplazamiento de los habitantes de esta zona, de veraneantes que nos visitaban, y también de correo y remesero bancario. Su propietario y mayoral fue Don Estanislao Tassano. Tenía horarios fijos y salía tres veces al mes. En ella viajaban hasta dieciséis personas. En el pescante iba el mayoral y el cuarteador más adelante, quien daba las órdenes ya que buscaba el camino o senda más seguros a seguir.

Lejano el tiempo y alguna de las costumbres expresadas por la maestría de este pintor y escultor que nos ha legado historias de nuestros ascendientes en cada una de sus obras, pero importante porque podemos a través de sus trabajos reconstruir escenas únicas.

*Agradezco a la Profa. Adela Lladó que me acercó el libro:”Cinco postas en el Siglo”

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Los lanceros