Pintor que creó hombrecitos en las palmeras de la calle de Las Palmeras, de Punta del Este.
Conozco a Ignacio Iturria desde hace muchos años, sin ser su época de Cadaqués, todo lo que comenzó en Buenos Aires y en Uruguay lo he visto y conversado con él.
Iturria es uno de los grandes de la pintura uruguaya actual. Su obra impresiona. Es diferente a lo conocido menos a lo de su maestro y amigo Nelson Ramos, y como Manuel Espínola Gómez, Jorge Damiani, Edgardo Ribeiro y Hugo Longa (amigos que se influyeron en algunos aspectos y que a todos sugirió la vida distintos caminos en el arte.
INICIOS
Ignacio Iturria es un fiel representante de la variada, independiente y rica tradición actual de la pintura uruguaya.
Nació en Montevideo, en 1949.
Los primeros recuerdos de su niñez nos llevan a la casa de sus padres, sus grandes formadores, según él. Su madre profesora de historia, su padre un emigrante vasco. “A los tres años ya tenía ganas de estar en un cuarto solo, planteándome un juego.”
En 1977 se instala en Cadaqués (España), donde trabajó con Ramón Aguilar Moré. Aparecen sus pinturas blancas, mediterráneas, luminosas, con algunos azules que dan una sintonía estética que impresiona.
En 1984 regresa a Uruguay y su pintura cambia, son barcos de emigrantes, grises, blancos, que expresan la soledad y La esperanza de los que vijan en ellos.
Expone en Punta del Este y en Buenos Aires.
TRAYECTORIA
Cuenta: “ Hace días , limpiando el estudio me tiraron una caja grande en la cual había acumulado cientos de pomos vacíos de óleo y acrílico. Los materiales que empleo son una forma de relacionarme con ellos. Hay espátulas entrañables que se van desgastando hasta perder todo grosor; un día se quiebran y se podría decir que es casi de luto…
Cuando empecé a trabajar así siempre me salían personajes con poca rigidez, frágiles pero compactos.”
Su obra es un equilibrio exacto entre contenido y una forma de expresión que embarga el propio ánimo con su grandeza. Tiene una grandiosa carga de misterio.
La libertad con se maneja en sus obras nos da la pauta de sus sueños y de una personalidad tímida, generosa y tierna.
Sus esculturas, la televisión, los muebles con forma de animales, los diminutos hombres que pueblan su obra en los lugares más insólitos pero también cotidianos, nos muestran como un artista puede crear a través de su imaginación cuestiones que a todos nos impactan, pero que no vemos como tales hasta que apreciamos una obra de este pintor.
Las luces y sombras que tan bien maneja nos sumergen en un sueño abigarrado y en una realidad que es del día a día, como los partidos de fútbol, los hombres en una fuente, un lavabo, la mesa, el armario, la ventana de un edificio, una caja o un cajón… Todo íntimo y a la vez público pero en la quietud profundamente solitario.
Su obra parece un juego de niños, que hacen con sus hombrecitos lo que quieren, pero cuando se está frente a un cuadro de este artista excepcional, uno ve el respeto con que han sido tratado el o los personajes. “Para crear, dice Iturria, uno debe estar aislado. Una vez en su estudio uno se olvida del resto del mundo, me olvido hasta de mí, me aliviano totalmente.”
PROYECCION
Es uno de los artistas uruguayos que mayor proyección internacional.
Desde su premio en Cuenca (Ecuador), en 1994 Gran Premio de la IV Bienal de pintura a sus pasajes por Guatemala, El Salvador, su retorno a Cadaqués no deja de pintar en ningún momento.
Se presenta en las Ferias de ArteBa (Buenos Aires), de ARCO (Madrid), en China, en Estados Unidos de Norte América, en Guatemala, El Salvador, regresa a Cadaqués por 3 años, en Francia, en cada departamento de Uruguay donde es invitado; Perú, Cuba, México, Venezuela, Canadá, Brasil, es el único representante en ese momento de Uruguay en la Bienal de Venecia. Exposiciones y premios eso han sido el resultado de su trabajo tan diferente y atrayente a la vez.
En realidad hay obras suyas en todo el mundo, ya que parecen llamar a un juego en quien lo compra quiere participar.
Actualmente en Carrasco, en “Casablanca” es un centro cultural que creó en el terreno de su casa. La Fundación Ignacio Iturria posee una gran cantidad de su obra y de otros artistas que exponen.
Piensa organizar en un campo que tiene en Colonia precisamente una colonia artística para todos aquellos que quieran dedicarse al arte. Dice:”Casablanca fue el inicio, después la Fundación y ahora La Colonia. Todo va a ir generando cosas, fomentando el arte.”