José Cúneo es uno de los grandes pintores de nuestro suelo, que llama la atención por sus colores, sus temas que representan un paisaje oportuno del campo uruguayo.
Nace en 1887, en Montevideo, un 11 de setiembre.
La mayoría de los uruguayos, creo que conocemos su obra caracterizada por sus ranchos y lunas que tanto nos estremecen.
La primera vez que observé una obra suya, siendo aún adolescente, pensé: _qué raro el paisaje se hunde_ por qué lo hará de esta forma si en Uruguay no hay temblores o hundimientos de tierra como en otros países de América.
Estudiando entendí la razón. Siempre el conocimiento te dará las causas de lo que a uno le parece imposible.
INICIOS
Como todos los niños y las niñas, a José Cuneo le gustó pintar desde siempre. Ya en forma más estricta comienza en el Círculo de Bellas Artes con Carlos María de Herrera y realiza cursos de escultura con Felipe Menini.
Muy joven aún, pero con la ilusión de aprender, y lo que Europa ofrecía llegó a Turín donde estudia con Leonardo Bistolfi y dibuja con Antón Mucchi.
Viaja a Venecia y allí encuentra a artistas plásticos donde observa la belleza que en sus estudios u obras transmiten sus pintores.
Luego irá a Paris, donde trabaja con acuarelas y pasteles. Desde ese momento aprenderá lo importante que es la composición de formas de grandes planos muy decorados.
Estos artistas plásticos de esta época no sólo desean ir a Europa a aprender sino que para ellos es la escuela donde decidirán qué apoyan y transmiten en sus trabajos o si se apartan de ellos.
Los jardines y lagos italianos lo impresionarán de tal forma que los lleva a su pintura.
En Paris estudia en la Academia Vity con el colorista Anglada Camarasa y Van Dongen.
En 1917, estudia en la Grande Chaumiere. Se interesa en el pintura de Cézanne.
Luego la atracción para Cuneo es Gauguin que en Tahití, pintó obras que llegan, a veces, como paisajes vírgenes a nuestros lugares.
En 1927 en Europa, conoce la obra de Chaim Soutine, atrayéndole la deformación expresionista y el uso de la diagonal, lo que marcará su obra futura.
TRAYECTORIA
En Cagnes du Sur, expone en la Galería Zak.
Desde esta época Cuneo se aparta en la creación de su ritmo de la certeza de verticales y horizontales, comienza su trabajo en diagonales. Ahí mi inquietud del trabajo que hizo y que tanto impresionó mi visión de un artista plástico, planista, como lo fueron, entre otros, Carmelo de Arzadun, Guillermo Laborde, Alfredo de Simone y Petrona Viera, y post impresionista que parece hundir los ranchos y esas lunas tan hermosas en el medio de sus obras más caracterizadas.
TRASCENDENCIA
Cuneo desde ese momento ha empleado los paisajes nuestros, con sus “Lunas” y sus “Ranchos”, las diagonales en donde transmite un mundo de inquietudes y sorpresas y a su vez una belleza única.
Los paisajes de Melo y Florida dan fe de todo este hermoso mirador que se asienta en lugares ya vistos, pero nunca tan expuesto como lo hizo este artista.
José Cuneo Perinetti, o solo José Cuneo, o simplemente Perinetti, recibió el premio de Pintura del Salón Oficial, Premio en el Salón Nacional de Acuarelas y el Premio de Pintura en la Bienal Nacional de Arte.
Pero regresó a Europa, allí su pintura cambió.
Para estas obras usó el apellido materno.
A partir de 1963, después que su trabajo alcanzara los setenta años, alcanzó un reconocimiento internacional interesante.
Fue ganador de la X Bienal de San Pablo (Brasil) en dos oportunidades.
También desde Francia se le dio el Premio Nacional de Pintura de Cagnes sur Mer.
Cuando vuelve a Europa, en 1976, falleció en Bonn, Alemania.
Su obra me sigue trasladando a una época que no viví, pero que en sus trabajos me recuerda el pasado, hermoso, un paisaje que debía ser triste y que él lo transformó en belleza pura. Sus colores y temas son la representación de uno de los grandes pintores del Uruguay.