[blockquote]Barcas que atraviesan el océano.[/blockquote]
Conozco a Sbárbaro desde hace más de veinte años. Siempre me gustó su pintura y su personalidad llena de rebeldías artísticas, de búsquedas de sí mismo a través del arte y el reconocimiento.
Ha regresado por unos meses al país, visito su atelier de Punta del Este y me encuentro con el joven artista con el cabello más largo y algunas canas, pero con los mismos anhelos y con esa fuerza interior tan potente como la de aquellos años de la década del ochenta.
Nació en Montevideo, en 1960. Fue a la Facultad de Arquitectura de la Universidad de la República.
Entre 1979 y 1984 estudió en el Taller de Miguel Ángel Pareja; luego en el Taller de Vicente Martin. Desde 1986 expuso y obtuvo premios en Salones de Montevideo, de Maldonado, de Salto…
En 1993 se va a Cadaqués (España). Y desde el 2011 se instala en su nuevo estudio de Punta del Este.
«Sol de Cadaques»
TRAYECTORIA
“Empecé a los 20 años a pintar. Después de exponer en Muestras individuales y colectivas y obtener menciones y premios decidimos jugarnos con mi esposa, por la pintura. Dejé así mi trabajo seguro en el Casino San Rafael y nos fuimos a España. […]
Es una apuesta —me dice— el querer ser artista, el ganarte la vida como tal. Es una apuesta y una determinación, no es una acción arbitraria. Es la decisión personal que en mi caso, durará toda la vida, ya que es vocacional. […] Yo no pinto para agradarle a alguien, una cosa es trabajar para el mercado y otra para el arte en sí, lo que implica ser pintor de una minoría.”
CADAQUES
“Mi vida en Cadaqués es muy linda. Mis dos hijos nacieron y crecieron allí. Yo pinto en la mañana y en la tarde. Me levanto y voy al mar (el Mediterráneo). Con los pies en el agua me tomo mi primer café. Hablo con los pescadores, con otros pintores, con vecinos. No soy un extranjero allí. Luego voy al taller a pintar. En la tarde repito estas acciones y por la noche regreso a casa…”
Ahora esa rutina se ha roto ya que ha regresado, esta vez con su familia a Maldonado. Como han regresado en barco los amigos los esperaban con pancartas de bienvenida. Él piensa regresar unos meses a España y luego volver. Allí mantiene su estudio, sus clientes, su historia, por tanto ha de volver siempre. Ha resuelto muy bien su larga estadía europea, ya que ha expuesto en Madrid, en Barcelona, en Cadaqués, por supuesto. También en países como Bélgica, Francia e Inglaterra.
La luminosidad de Cadaqués, el blanco de sus casas, el poder contemplar en sus obras los colores y las formas del Mediterráneo nos da la pauta de la relación que el artista tiene con el mar y que es una constante en su vida que manifiesta en sus obras. Podemos apreciar en Punta del Este, las velas de sus cuadros, los atardeceres, un puerto, la luna.
Sus esculturas en hierro, que de acuerdo al espacio donde sean ubicadas, pueden hacernos soñar con navegar en ellas o pensar en un viaje por mares distantes. Es así que tiene planificada la donación de una escultura para Punta del Este, en su Proyecto Puesta del Sol. Allí en “las mesitas” o muy cerca de ellas, donde vamos a ver los atardeceres y dejar que la imaginación nos lleve donde cada uno espera. Esta obra revalorizaría nuestra identidad de puerto, de mar, de península enclavada entre un río y el océano, exponiendo la belleza del lugar con unas líneas de hierro cuya forma nos unirá el pasado de la ciudad con el presente.
«Gran Trama»
EL DIBUJO
Dice Nelson Di Maggio, que el dibujo proporciona el vocabulario plástico de las ideas: el ojo selecciona lo fundamental del objeto a registrar, desecha lo accidental y la mano convoca a unas pocas líneas la imagen de una idea o interpretación que tiene del objeto. Y esto es precisamente lo que se encuentra en las obras de Sbárbaro. Por su formidable poder de abstracción, el dibujo está cerca de lo lingüístico.Nos confirma lo que pensamos de la obra de este artista un crítico de arte catalán, Pere Vehí i Contos, al escribir: “Sbárbaro ha descubierto el Mediterráneo, éste lo ha adoptado y el artista lo ha apropiado completamente, lo ha hecho suyo, interpretándolo con líneas, a menudo una sola. Cadaqués son barcas y paisajes, casas, líneas, colores… Por ahora ya existe un Cadaqués de Sbárbaro, un timón, la línea de una casa, el horizonte que él imagina. Descubro una litografía con parte de un poema que dice así:
[blockquote]Puedes estar muy lejos. Emerger, Ir al blanco de una tierra imaginable, Horizonte tras la línea del horizonte, Por buscar donde estoy: Donde tú y yo jamás existiremos.[/blockquote]
Cuando pregunto, me dice: Es Jordi Virallonga un gran poeta catalán. Al despedirnos pienso, es una fortuna para nuestra cultura, para el país, que Mauricio Sbárbaro haya vuelto. Ir a su atelier en calles 9 y 10 de Punta del Este será todo un descubrimiento para los que no lo conocen y una alegría para los que seguimos su crecimiento como artista.
«Barca»