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Ricardo Pickenhayn

· septiembre 27, 2016 · Arte , Escultura , Pintura ·

[blockquote]Una propuesta estética renovadora.[/blockquote]

Regreso al camino Eguzquiza. Siento el largo rumor con que las hojas juguetean porque la brisa las mueve. Llego al Taller CEDARTES, ahora a entrevistar a Ricardo, como lo haré con Nicole. Este artista, un apasionado de lo que realiza, trabaja incansablemente sobre maderas, hierro, piedras, barro, tela…

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Ricardo Pickenhayn nació en las islas del Delta, (Argentina), y su micro mundo fue bucólico: ¡hasta a la escuela iba en bote o lancha! Así su espíritu se construyó en la serenidad inmensa que da el contacto continuo con el paisaje natural. Sus apellidos vienen de Alemania, Holanda, Italia y Suiza. De su padre aprendió los acordes del río que corre y viaja, como Smétana, ya que era músico, cantante de Ópera, Director de Orquesta Sinfónica y además dirigía el Teatro Colón de la ciudad de Buenos Aires.

Su madre, gran amante del arte, dio a este niño y joven una formación vinculada a labrar su destino hacia sendas de espiritualidad. Con su tío abuelo, Francisco Mazzoni ( ciudadano, artista cuya casa es hoy el Museo Mazzoni de Maldonado) completó su sed de aprendizajes artísticos, ya que fue músico, ceramista, escritor. De una familia tan hermanada al arte era difícil seguir otros caminos.

Una tía, que vivía en Montevideo, le enseñó las ilimitadas posibilidades del barro. Así inició en Buenos Aires sus estudios en dibujo y pintura con Alicia Keshiskian. También estuvo en el taller de cerámica de Jorge Santángelo. Ya en Montevideo supo de técnicas de engobe con Nora Imáz, alumna de Joseph Collel. Aprendería los secretos del Universalismo Constructivo por parte de Day Mán Antúnez.

TRAYECTORIA

Llegado a San Carlos y siendo profesor en el Liceo de la ciudad, realiza con sus alumnos una serie de murales y esculturas constructivas que aún hoy podemos apreciar. Vendrá luego la etapa de estudio del color con Edgardo Ribeiro.

En 1982 funda con Nicole Vanderhoeght, el primer “Taller de Cerámica y Arte Constructivo”. Allí se reúnen con sus alumnos y sobre todo trabajan la arcilla, sintiéndose apoyados por los conocimientos que Fernández Chiti les ofreció.

LA ESCUELA DEL SUR

Esta Escuela constituyó uno de los capítulos más importantes y únicos en la historia del arte moderno de América Latina. Su nombre surgió del título del ensayo de Torres García publicado en 1935, “Estructura”. La ilustración que Torres hizo para ese texto fue el mapa invertido de América del Sur. Su lema: “Nuestro Norte es el Sur”. Representa simbólicamente la idea de JTG respecto a lo que deseaba lograr con la creación de la Escuela del Sur, acabar con el período colonial del arte latinoamericano y comenzar una nueva era artística independiente de Europa. La tradición indoamericana como punto de partida para la realización de arte moderno único y original del continente americano.

PROYECCION

Cuando recorremos el parque de su casa en Quinta Medina, veo una escultura de hierro y al detenerme me explica: “ Es un trozo de chapa del barco Devonier. Los Medina habían hecho el puente del arroyo que corre al fondo del terreno con chapas del barco que naufragó en estas costas atlánticas. Cuando vendieron todo, remataron las chapas desarmando el puente. Pero algo quedó y los he empleado como material de mis obras.” Las piedras semipreciosas también han sido tratadas por el artista.

TRASCENDENCIA – ARTE ESTRUCTURADO

“El taller Torres profundizó la estructura octogonal, — me explica Ricardo — pero el universo está compuesto por las tres formas: el círculo, el triángulo y el cuadrado. Pero a su vez esas formas geométricas derivan en tres estructuras: la angular del triángulo, la curva del círculo y la octogonal que tanto se usó en la escuela de Torres.” “Por eso nosotros empezamos a desarrollar y a estudiar las otras dos; para ampliar el panorama constructivo. Es una visión nueva.”

Uno encuentra en la naturaleza todas estas formas al observarla, contemplarla, baste algún ejemplo para entenderlo: El girasol tiene como base una estructura curva. Las amatistas tienen la angular, basada en el triángulo. Ricardo Pickenhayn está terminando un libro sobre estos temas que pronto publicará. En el mismo revaloriza los alcances futuros del Universalismo Constructivo. En su obra, maneja la transparencia jugando con los colores en grandes telas o maderas. Combina acá no sólo los tonos sino las estructuras. Los símbolos son los que ve a diario en el paisaje y los empleados por Torres.

Dejo sueños, realizaciones, un lugar encantado y a un artista dedicado a la innovación, a la investigación y a una creación continua.

Me quedo pensando en la cantidad de obras que vi en este Taller. Todas hermosas, de gran porte, algunas, pequeñas otras, pero todas de un estudio y un trabajo exquisito.

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